Charlando con Cristina Fabregat: Nuestra vida como influencia sin escribir una novela autobiográfica
Es inevitable que nuestro día a día no influya a nuestra escritura, por algo se dice tanto: escribe sobre lo que conozcas. Por supuesto, si escribimos ficción debemos evitar volcar demasiado de nosotros en nuestras novelas para que nuestra esencia, nuestra personalidad, no parezca replicarse sin importar qué personaje esté hablando ni en qué historia nos encontremos. Sin embargo, también deberíamos permitirnos que un poco de nosotros fluya en nuestras historias, dejando que nuestro toque y nuestras experiencias le den alma y personalidad. Con Cristina (autora de Lana Dynamite, Tienes mi tiempo y Segunda Oportunidad) vamos a hablar sobre cómo dejar que nuestras experiencias se cuelen en la narrativa sin que tengan que hablar de nosotrxs:
1. La literatura, para muchos escritores, puede ser una terapia y un lugar seguro en el que hablar sobre lo que nos importa. ¿Consideras que la narrativa puede ayudar al escritor a exteriorizar problemas que encuentre en su día a día?
Creo que no es que ayude, es que trocitos de nuestros problemas (o el problema completo) se cuelan en nuestra obra aunque no queramos y sí puede servirnos de terapia para superar esas cosas malas que a todos nos han pasado.
2. En caso de publicar dicha historia, ¿crees que tendría más impacto en los lectores si conocieran qué detalles de la acción son más cercanas para el/la autorx?
Depende de lo que el autorx cuente.
3. Para evitar que acabemos metiéndonos por completo en la historia, ¿qué límites deberíamos ponernos?
Yo creo que eso es difícil de dilucidar, porque cuando escribes una historia, al menos yo, los personajes deciden por su cuenta el rumbo que van a tomar.
4. ¿Hasta qué punto podríamos dejar que nuestra vida influya en el carácter de los personajes o que conocidos nuestros se vean reflejados en la narrativa?
Yo creo que no tiene nada de malo coger pequeñas pinceladas, (abarcar toda una personalidad es imposible) de ti mismo o de alguien a quién conoces no tiene nada de malo, nunca he cogido un personaje o situaciones exactamente iguales a la realidad, simplemente se trata de tomar algunas cosas y mezclarlas con tus propias ideas, sino me quedaría sin personajes en el primer libro, no conozco a tanta gente jajajajaja.
5. Desde tu experiencia, ¿te ha motivado personalmente a seguir introduciendo detalles de tu día a día que otros lectores se identificaran con ellos?
No realmente, lo hago porque crear una historia es como una coctelera, en el que estoy escribiendo simplemente meto lo mucho que odio hacer el trabajo de casa y hago un personaje que desde los doce año debe hacer obligatoriamente todo el trabajo de casa mientras su padre y su hermano no hacen nada y eso no es una parte de mí con la que nadie se pueda identificar.
6. ¿Considerarías como una “terapia”, o ayuda para la autoestima y salud mental, poder compartir momentos que para nosotrxs han sido complicados o traumáticos camuflados con ficción, de forma que no nos exponemos directamente?
Sí, es de gran ayuda.
7. Hay algunos autores que creen que nuestro día a día debería estar separado de nuestra ficción. ¿Piensas que un autor puede desligarse por completo de la narrativa que está escribiendo? ¿Por qué?
Yo creo que no se puede, cuando escribes, el libro toma vida y es una vida que le has dado tú, por lo que bebe directamente de ti, de tus experiencias. Un libro desligado de ti mismo es un libro sin alma y por lo tanto un libro a mi entender malo.
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