Escribiendo en noviembre: Helhest está más cerca
¡Buenas, lectorxs! (intento escribir esto mientras una minina me ataca las manos *¡ayuda!*)
Noviembre ha sido otro mes más de escritura intensa y, gracias a ello, ¡estoy cada vez más cerca de terminar el borrador de Helhest! No he podido acabarlo este mes, como me habría gustado, pero prácticamente no he tenido que borrar nada de lo que he escrito, lo cual yo considero una victoria rotunda. Como bien sabe este blog, no he subido ninguna reflexión personal este mes, pero a cambio he subido unas cuantas entrevistas a escritoras bastante interesantes, así que tampoco lo he dejado completamente olvidado.
Ahora bien, ¿cómo estoy trabajando en Helhest? En el anterior avance de escritura comenté que estaba dedicándome a la parte de Kayla porque me resultaba más atractiva en ese momento, y a principios de mes terminé de escribir el libro desde su perspectiva. Ahora bien, me dejé a Floyd y a Daisy a mitad de camino. Y eso no puede ser.
Pensé que me costaría bastante regresar con ellos después de haber estado viviendo a tope el final (por fin pude llevar al papel, narradas, las escenas que llevaba retocando en mi cabeza desde hace años y ¡qué ganas les tenía, por las Diosas!), pero la verdad es que algo dentro de mí estaba deseando volver con mis chicos del bosque. Escribir a Floyd es como ir a dar un paseo con tus perros al monte y detenerte para apreciar las vistas. Daisy es pura salud mental. Y Kayla… Kayla ha sido como ir a ver un circo con fuegos artificiales. Y ya no digo más, que se me caen los spoilers.
Así que ahora puedo decir con orgullo que estoy gozándolo mientras escribo con Floyd y Daisy al tiempo que voy releyendo las partes de Kayla y editándolas o extendiéndolas. Me quedan unos 6-7 capítulos por escribir, así que definitivamente en diciembre ya tendré terminado el borrador. ¡Yey!
Y luego viene lo mejor, y lo peor. Lo mejor: que podré pulir la obra hasta que reluzca. Lo peor: que sé que una vez termine de escribir el borrador, debería tomarme un descanso. Sobre todo teniendo en cuenta que vienen fiestas, y que me iré a mi pueblo, de vuelta con mis perretes, y que se supone que debería de socializar… pero uf. No sé hasta qué punto seré capaz de contenerme sin trabajar en Helhest. Ya me cuesta bastante aceptar que los fines de semana tengo prohibido abrir el manuscrito (lo cual, todo sea dicho, me viene pero que muy bien para no quemarme y oxigenar mi cabeza) como para alejarme de él una semana, dos, o incluso un mes (las Diosas quieran que no). Soy la peor jefa que podría tener, y al mismo tiempo la mejor (al fin y al cabo, ella sí me entiende los días que tengo la regla y que no me puedo levantar del sofá). Ya veré dado el momento cómo me gestiono, pero con toda seguridad entraré en el 2024 corrigiendo profundamente el manuscrito completo de Helhest. Y solo de pensar que lo tengo tan cerca me dan ganas de ponerme a escribir más (pero no, porque mi tiempo hoy escribiendo ya se ha acabado T.T).
Mientras tanto, iré compartiendo en Instagram a cuentagotas pequeños detalles de Helhest. Si contamos palabras escritas, aunque no me he metido en la página de NaNoWriMo porque me da ansiedad que me diga cuánto tengo que escribir cada día, podría decirse que he superado su reto de las 50.000 palabras con creces... de hecho, he llegado a las 60.000 (y eso sin contar las partes que he tenido que borrar y reescribir). A día de hoy, mi progreso en general (espero no tener que superar las 190.000 palabras -Hope fueron 198.000-, pero conmigo nunca se sabe) es tal:
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