Revisitando 2023 y haciendo previsiones del futuro

¡Felices fiestas, lectorxs! 
Parece mentira que ya hayamos llegado al fin de 2023, pero así es. Al igual que parece mentira que haya terminado de escribir el borrador de Helhest, pero... ¡así es! ¡YEY! 

Como preví (y mira que los números se me dan bastante mal), el borrador ha terminado rondando las 190.000 palabras. Todavía queda bastante que retocar, unas cuantas escenas que alargar o acortar... pero creo (espero) no irme muy lejos, porque ya va a ser un tochillo importante y tampoco es plan: de hecho, mi plan era hacerlos progresivamente más gordos... y, como se cumpla con este ritmo de "progreso", al final de la saga vamos a tener un gran problema 😅

Pero eso es problema de la Inés del Futuro. La Inés del Pasado ha terminado la monumental tarea de escribir una secuela (algo que, ahora que lo pienso, nunca he conseguido, porque me he pasado la vida reescribiendo primeras partes o dejando a medias segundas partes). Digamos que ha sido uno de los libros que más me ha costado escribir. ¿Me gustaría no haber publicado Noroi para así poder poner algunos foreshadowing de este libro o para reajustar ciertos datos que ahora me resultarían más apetecibles? Desde luego. Pero ese es uno de los grandes retos de escribir una saga larga, que tienes que ajustarte a lo ya escrito y no saltarte tus propios datos y reglas por que sí. Dentro de lo que cabe, estoy bastante contenta con cómo se desarrolla Noroi, ya que crea una base que puedo seguir expandiendo muchísimo (ventajas de que los dos protagonistas principales apenas salgan de sus casas en toda la novela y que se mantengan bastante ignorantes de lo que ocurre en el mundo). Como he dicho muchas veces a lo largo de la creación de Helhest (y como estoy bastante segura de que seguiré haciendo hasta su publicación), a pesar del reto que ha supuesto, estoy muy contenta y emocionada con la trayectoria que está tomando la historia. Creo que vais a disfrutar mucho con mis chicos, tanto los que ya conocéis como los nuevos. Es mi mayor esperanza, vaya.

Ya que estamos de final de año, me gustaría aprovechar para mirar un momento atrás. Porque, madre mía, cuántas cosas han pasado este año. Metida de lleno en un máster que me ocupaba prácticamente todo el tiempo, publiqué Noroi por mi cuenta. Obviamente, eso se ha notado con las erratas que tuvieron las primeras ediciones en físico, pero, demonios, he aprendido un sistema entero de publicación mientras me moría entre lecturas y ensayos académicos. Palmadita en la espalda para mí, que me la merezco. 

Por supuesto, yo no esperaba nada de Noroi. Todos mis sueños de ser una best-seller se murieron con Hope (me encantan todas las ironías que tiene el título de ese libro), y por ello creo que he podido disfrutar mucho más de la experiencia. Cada persona que me ha leído y que se ha enamorado de mis chicxs ha sido un regalo. Por mucho que creyera en mi propia historia, nunca pensé que a tanta gente le fuera a gustar y que fuera a tener un séquito de personas exigiendo la siguiente parte a cada nuevo anuncio de escritura que hacía. Por un lado, eso me daba un poco de presión, pero solo la justa para que me dieran más ganas de ponerme muy en serio con Helhest. He ido a ferias, he hecho una preciosa presentación en mi pueblo y he conocido a gente que es puto maravillosa tanto en las redes como fuera de ellas gracias a que ahora soy una autora de fantasía con todos los derechos sobre mi obra. Ser autopublicada es un dolor en el culo en muchas ocasiones, pero la verdad es que estoy muy contenta de todo lo que he obtenido y de lo a gusto que me siento trabajando con gente en la que creo y confío. Ahora es cuando me siento bien por ser una escritora publicada. Y ojalá que eso no cambie nunca. 

Ahora, ¿qué pasará el siguiente año? Pues quién sabe. Yo tengo mis planes. Y mis planes son hacer que 2024 sea el año de Helhest... pero también más. 

Si bien tenía las esperanzas de poder publicar Helhest en los primeros meses del año, creo que puedo confiar más en el verano, y esa espera tiene una buena razón de ser. Si no aprendiera de mis errores sería una imbécil, y eso no le gusta a nadie, así que estoy intentando mejorar tras mi experiencia autopublicando Noroi. En primer lugar, quiero que Helhest pase por una correctora profesional (porque por mucho que estudie la teoría del leísmo y laísmo, no estoy segura de que esté exorcizando mis textos de esa maldición correctamente; eso sin hablar de que siempre hay erratas se escapan por muchas veces que revise el texto). Quiero que la primera tirada de libros sea una buena y no estar como estoy ahora, con una pililla de libros que tienen más erratas y otros que están más corregidos, sin saber qué hacer con los primeros porque ya no me siento bien vendiéndolos. Y para que esa primera tirada sea buena, también tengo que tomarme mi tiempo para hacer la maquetación con calma y revisarla bien. Sin párrafos ni palabras repetidas porque haya maquetado un libro de 400 páginas y pico, una a una, en menos de dos días. Por eso seguiré sin poner una fecha fija de publicación hasta tener lo básico cubierto. Lo que me lleva a otro punto: cómo voy a (intentar) cubrir lo básico. Porque el trabajo de otros hay que pagarlo como se merece, amigxs. Por eso tengo en mente hacer un Verkami, para intentar recaudar el dinero para costear el precio de producción, corrección e ilustraciones del libro. Nunca he hecho una campaña de crowdfunding porque veía que no iba a salir ni para atrás y que me iba a deprimir, pero... creo que mentalmente estoy preparada en caso de fracaso y, si sale adelante, pues mira, un peso que me quito de encima. De todo esto ya iré informando según vaya preparando las cosas, pero podríamos decir que esto es lo que le espera a Helhest antes de poder ser publicado: 

Enero: Revisión del manuscrito completo, con reescritura intensa. 

Febrero: Relectura del manuscrito en voz alta (sobre todo para mi ilustradora, quien es más de audiolibros y la portada de Noroi la hizo en parte mientras le leía el libro) y revisión de erratas y estilo.

Marzo: Otra relectura (seguramente con el manuscrito impreso) y mandárselo a lectorxs beta. 

Abril: Verkami y (si es posible, por temas de agenda) enviárselo a la correctora. 

Mayo: Maquetación del libro físico y digital, ISBN, registro de propiedad, finiquitar la portada (la cual mi ilustradora no podrá completar hasta saber cómo de gordo va a ser el tocho) y preventa digital.

Junio: Publicación.

¿A que parece fácil? JÁ. Un milagro si se cumplen estos plazos, pero sería lo ideal. Y, claro, como no es suficiente trabajo, pues mi cabeza ya está pensando en más proyectos. 

A finales de este año pensaba publicar una antología de relatos junto con un par de familiares, ya que teníamos varios relatos que considerábamos que estaban bastante bien y que merecían la pena ser leídos (además de que íbamos a hacerlo benéfico), pero al final no ha podido ser. Sin embargo, la idea no se me va de la cabeza. Así que, literalmente anoche, hice un "calendario" de publicaciones de los siguientes dos años (no puedo plantearme 7 años de publicaciones como Sanderson, pero dadme tiempo): 

2024: 

    1º trimestre: #1 Antología: microrrelatos 

    Verano: Helhest

    Trimestre final del año: #2 Antología: relatos


2025: 

    1º trimestre: Hope reeditado

    Verano: #3 Antología: relatos en el mundo de Ar Saoghal

    Trimestre final del año: Las Glicinias No Florecen Aquí (?)


¿Me quiero morir de trabajo? Así es, señores y señoras. Y con gusto. 

Para aclarar algunas cosas, las antologías las publicaría solo en digital, seguramente en Amazon Kindle. Es posible que una vez publicadas esas 3 antologías las recopile en un único volumen y haga una versión impresa. Seguramente serán benéficas, porque no tengo dinero, pero sobre todo me pica cuando veo que alguien (persona o no-persona) lo está pasando mal por falta de dinero y no puedo ayudar. 

Sobre los planes de 2025... igual alguien me mata cuando diga esto... pero no tengo intención (porque no lo veo viable) de publicar la tercera continuación de Noroi ese año. A finales de 2024 recuperaré los derechos de Hope; la idea es que, una vez publicado Helhest, le pegue un buen repaso para reeditarlo antes de sacarlo bajo mis propios términos. Y después quiero volver con Hime-chan (protagonista de Glicinias) y terminar su historia. Que vaya a publicarla en 2025 es algo muuuy incierto. Primero, porque tengo que ver cuánto me lleva escribirla. Porque tengo intención de escribir una historia breve (remarquemos aquí bien estas palabras para poder reírnos de ellas dentro de un año), pero sin tenerla escrita no puedo aventurarme a decir nada. En segundo lugar, quiero probar de nuevo a publicar por editorial tradicional. Sé que va a ser una historia MUY complicada de vender a una buena editorial (¿Una adolescente otaku y lesbiana que es forzada a vivir con su padre, un político del partido de ultraderecha BLAH? No veo a nadie dispuesto a mojarse tanto), pero que por intentarlo que no quede. Como hice con Noroi, una vez me rechacen de todos lados, lo autopublicaré por mi cuenta y sanseacabó. ¿Que para qué molestarme si ya sé que van a ignorarme? Pues porque está bien tener los pies en la tierra, pero la cabeza tiene que estar en las nubes para no estar complemente enterrada. 

Dicho esto, 2025 sería el año en el que escribiría la tercera continuación de la historia de Kayla, Floyd y Daisy y dudo mucho que me dé tiempo a terminarla a tiempo para publicarla en esos meses. La antología de relatos de Ar Saoghal es en parte una disculpa de antemano, ya que no tengo escrito más que un relato de esa antología y es posible que deje que lxs lectorxs me digáis de quién queréis que escriba esos relatos. 

Y eso sería todo lo que estaría por venir. Creo que podéis intuir por qué yo nunca me aburro. 

Mil gracias por estar ahí, sea donde sea ahí, apoyando, leyendo y teniendo la paciencia que yo no tengo conmigo misma. Este año, a pesar de todas las penurias, ha sido increíble. Vamos a por otro que sea aun mejor. 

Felices fiestas, amigxs, y muy feliz año nuevo 💖


Pd: Esta vez os regalo no solo una fotografía de mi señorita Casca, sino también una frase de Helhest: 






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