Febrero de malabares


¡Buenas, lectorxs!

Febrero ya está cerrando sus puertas y ha sido un mes de lo más intensito; aunque no puedo asegurar que marzo vaya a bajar el ritmo (?). Estas últimas semanas han sido agotadoras, pero creo que lo "peor" ya ha pasado. Y es que he estado haciendo malabares con 3 proyectos literarios diferentes... y hehehe había días que nacían y volvían a morir mientras yo seguía pegada a la silla de trabajo porque soy mi peor jefa. No tengo nada de lo que arrepentirme, sin embargo. Teniendo en cuenta lo impaciente que soy a la hora de dar los últimos pasos de los proyectos, lo he lidiado con bastante "calma" y sensatez para que no quede un trabajo temprano, sino de calidad. Veamos con un poquito de pausa cada proyecto: 


Historias para degustar entre sorbos de té negro
Antología benéfica

La primera antología benéfica del año ya está definitivamente terminada (¡yey!) y en preventa (¡doble yey!). Estas semanas he estado revisando una vez más los microrrelatos/historias cortas que tenía recopiladas para mejorarlas un poco o alargarlas, así como para escribir algunos nuevos. Dado que muchos de estos microrrelatos, gracias a su brevedad, los había subido en algún momento a Instagram (aunque la mayoría ya no están disponibles porque me afeaban el perfil 😋), quería que hubiera obras inéditas dentro de la antología. 
Desde mi humilde opinión, creo que me ha quedado una buena antología. Al final cuenta con unos 28 microrrelatos; una barbaridad para tratarse de mí. He escrito muchos más, pero no creo que merezcan la pena. He tratado de ser lo más crítica posible para no meter historias que no me parezca que no están bien contadas o que puedan dejar indiferente al lector. No soy, ni de lejos, una experta en escribir microrrelatos. Quienes hayáis echado un vistazo a mis libros sabréis que a mí me va más desarrollar historias largas (Noroi puede parecer inofensivo, pero solo hasta que dejo caer que solo es la primera parte de una serie de 6 libros, de momento). Pero creo que con el tiempo voy mejorando en la técnica de contar historias en unas pocas palabras; vosotrxs lo juzgaréis cuando leáis la antología. 
Ya solo queda esperar al 1 de marzo (¡ya no queda nada!) y podréis disfrutar de la antología en toda su breve extensión. Os recuerdo que todo el dinero recaudado con esta antología será destinado a ayudar a casos de urgencia en protectoras de animales, donde -con las crisis actuales- cada vez cuentan con menos recursos


Noroi (¿Noroi otra vez?) en inglés (ª)

A un solo mes del primer aniversario de la publicación de Noroi, ¡lo hemos publicado en inglés! Me lo he tenido tan calladito como he podido porque hasta que no tuviera la traducción en mano no me iba a creer que realmente mis chicos fueran a ser traducidos al inglés, pero ya he recibido el manuscrito completo, lo he revisado, lo he maquetado y ¡ya está publicándose en inglés! 
La verdad es que me emociona mucho, como filóloga inglesa, leer mi obra en inglés. Ha sido una experiencia extraña, porque es mi historia y mi manera de contarla... pero al mismo tiempo eran también las expresiones de otro idioma y de otra persona (porque sí, ha hecho la traducción otra persona). 
De momento no quiero decir exactamente cómo lo he hecho, y no es para fastidiar, sino todo lo contrario. Quiero terminar la experiencia de publicarlo como lo estoy haciendo y, una vez tenga una idea completa, compartirlo con vosotrxs para que sepáis dónde os estáis metiendo (si queréis meteros). En este punto, mi opinión está divida, pero esperaré al siguiente mes para revelaros el gran misterio de cómo yo, una muerta de hambre, he conseguido que traduzcan mi libro al inglés y que esté disponible en tiendas como Barnes & Nobles, Kobo, Tolino/Thalia o Apple Books
Digamos que no todo lo que reluce es oro -y que también me emocioné mucho cuando vi que Hope estaba disponible en la página de la Casa del Libro... pero permitidme que os diga una cosa: de nada sirve que nuestros libros estén disponibles en buenas páginas si nadie los conoce. Los libros no se venden solos, por desgracia. Cada venta y lector es todo un reto (un reto que, por desgracia, como no tengas un equipo de marketing trabajando para ti, tenemos que hacerlo los autores). Siempre es bien que nuestros libros tengan buena accesibilidad para el lector, pero no es lo más importante. 

Helhest

Aunque estas semanas he estado un poquito más descolgada de Helhest (y bien que me ha venido, porque llevaba medio año sin apartarme del manuscrito), tampoco lo he aparcado. Como me faltaba por escribir el último capítulo y epílogo, los cuales se me han resistido muchísimo, por fin conseguí vencer a los demonios del síndrome del impostor que me repetían una y otra vez que no sé escribir y terminé el manuscrito de una maldita vez. Necesitarán que los revise bastante, pero lo más complicado, crear ese esqueleto sobre el que ir dando vida a esas escenas, ya está hecho. ¡Al fin!
El mes pasado hice una revisión profunda del manuscrito, pero quien crea que con una sola corrección su libro está listo para publicar es que no tiene ni idea de escribir (o es un genio, pero suele ser más el primer caso). Así que, para romper con la burbuja en la que he estado tejiendo a este pedazo de libro, he empezado a leérselo en voz alta a mi ilustradora mientras voy revisándolo. Digamos que es curioso cómo un libro con tantas referencias a la muerte puede hacer reír tanto. Digamos que cuanto más Daisy hay, mejor libro es. 
Ya estoy preparando el Verkami (crowdfunding) que quiero hacer en abril para costear los gastos de publicación de Helhest. Y este marzo (para variar) tiene pinta de ser un mes de correcciones intensas y muchos ejercicios mentales para no acabar odiándome a mí y a todo mi trabajo. Ya veremos qué tasa de éxito tenemos al final 🙈

¡Y esto es todo de momento! Bueno, todo todo no. Este mes tampoco os libráis de una foto de mi Casca con una cita de Helhest. ¡Hasta el siguiente mes!






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