Julio de... ¿descanso? ¿Yo? Ja.
¡Buenas, lectorxs!
No sabéis el esfuerzo que es sentarse ahora mismo delante del ordenador a escribir con el calor que hace... Bueno, seguramente sí lo sepáis, porque aquí, por desgracia, sufrimos todos 😓
Este mes ha sido, digamos, un mes raruno. A finales del anterior/principios de este estaba enviando mis tochacos de Helhest a sus casas y estaba muy contenta preparando paquetes como una loca (nunca se me ha dado bien hacer manualidades, como muchos habréis podido comprobar, aunque he de decir que, para ser yo, tampoco quedaron muy mal). Y entonces de nuevo me choqué de frente con ese enorme vacío que ha dejado Helhest en mi vida... ¿Y cómo iba a llenarlo? Pues ahora os cuento.
Adentrándome en la arena de proyectos
Para ser alguien a quien le da miedo quedarse sin ideas con las que escribir, la verdad es que tengo bastantes como para estar los siguientes 10 años de mi vida escribiendo sin agotarme. Pero bueno, quejarse es un derecho universal. Y los pensamientos intrusivos nunca han pedido permiso antes, así que tampoco lo van a hacer ahora.
El problema viene cuando termino un proyecto y tengo que decidir en qué adentrarme entonces. Y eso, amigxs, es una auténtica carnicería.
El mes pasado mencioné que iba a empezar a darle caña a mi proyecto de Las glicinias no florecen aquí, y traté de cumplir mi palabra. Empecé a releer el manuscrito y, si bien me sigue gustando la idea, estaba viendo tantas cosas que tenía que replantearme y reescribir... que se me hizo bola. Lo volví a apartar (pobrecillo 😭). Llevo tanto tiempo leyéndome a mí misma que estoy cansada de mis propia letra, me dije. Pensé en descansar un poco. Quizá dejar que el verano pase con todo su caloréh y cuando no me suden las manos y el alma ponerme en serio con mis glicinias.
Y luego, por supuesto, me ignoré por completo.
No volví con glicinias, pero sí con un proyecto que también tengo pendiente. No puedo decir que sea una tarea pequeña porque actualmente es tan largo como Helhest, pero el trabajo que tengo que hacer con ese manuscrito es menor. Y es menor porque lo que estoy haciendo es una reedición. La reedición de Hope, para ser más exactos.
Hope fue el primer libro que publiqué, en 2021, con la editorial Platero Coolbooks (nada que ver conmigo o mi familia, lo juro). Como por fin el contrato se va a acabar este septiembre y son tan profesionales que no me corrigieron ni una errata, pues estoy preparándome para sacar una edición bien chula por mi cuenta. Este trabajo no solo va a conllevar una revisión exhaustiva del texto y alguna que otra pequeña modificación de la historia original, sino que además, como es un libro MUY especial para mí, quiero que el formato también sea especial. Ya estoy pensando en cómo hacerlo y hablando con mi ilustradora de confianza (@kali_kariumu) para llenar sus páginas con arte. Todavía está todo en el aire, pero no sabéis la paz que me da volver a esta historia y saber que está tan cerquita de volver a ser mía por completo (legalmente). Creo que me guardaré una entrada explicando mi experiencia en esta editorial para cuando se acabe el contrato. Porque vaya tela...
Así que, de momento, mi proyecto en mente es reeditar Hope y empezar a trabajar poco a poco con Kali para ir sacando las ilustraciones. No tengo prisa por hacerlo. Cada vez me va calando más el principio de que las cosas salen mejor cuando te las tomas con calma, y es un alivio, porque quiero disfrutar un montón con cada publicación. Así que pasito a pasito, y con buena letra.
¡¿Y qué pasa con el tercer libro de Ar Saoghal?!
¡Dije que no tocaría el tercer libro de Ar Saoghal en un largo tiempo, leñe!
Así que, obviamente, ya tengo un esquema bastante detallado de todo lo que quiero que pase en cada capítulo. Al menos de la primera mitad de libro. Porque esa primera mitad ya me da para un libro bastante generoso... y creo que tengo un problema con las novelas largas... Quizás. Tenía en mente empezar publicando una "trilogía" (cuya separación yo sé, pero no os contaré, evidentemente), pero es posible que acabe siendo una tetralogía, porque se me va. Se me va demasiado.
Voy a dejar reposar ese esquema durante un tiempo, mientras reedito Hope, y luego ya deliberaré qué me pide el cuerpo, si glicinias o torturaros... Qué gran dilema. Sea como sea, ya os puedo garantizar que va a ser otro libro gordo. No esperéis nada menos de mí y así cuando/si publico un libro finito os podréis sorprender. ¡No lo puedo evitar! ¡Es que adoro a mis chicos! ¡¡Tienen tantas cosas que contarme!! ¡¡¡Ah!!!
Y este sería más o menos el resumen literario de julio. Para haber estado descansando no está nada mal, ¿eh? (Y esto sin contar la presentación que hice en mi pueblo de Helhest y que he empezado a trabajar para una empresa y que ahora me he vuelto una experta cómica/guía de bodegas para guiris 😎). Ha sido un mes movidito, pero me siento bien. Ya no tengo ese vacío que me dejó Helhest y estoy emergiendo de la burbuja en la que me metí para escribirlo. El calor me quita las ganas de todo... pero oye, poco a poco iremos sacando cosillas. Mientras tanto, ¡a gozar de Helhest!
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