Noviembre de paracaidísmo sin paracaídas

¡Buenas, lectorxs! 

Esta es la segunda vez que escribo este update, y no porque se me haya borrado o que uno de mis gatos me lo haya eliminado (cómo me ha hecho ya con un post de instagram, el muy cabrón de Charlie :) ). Es la segunda vez porque hace unos días escribí un textaco que ahora no me representa y, en fin, me da palo publicar eso ahora. 

Digamos que este noviembre ha sido una montaña rusa de emociones. Con la dana que arrasó Valencia a finales de octubre ha sido todo bastante mierda, evidentemente. Aunque no soy una afectada físicamente, creo que solo quienes tengan la cabeza metida en el culo no se han visto afectados mental y emocionalmente por esta catástrofe. He intentado ayudar tanto como he podido, donando productos, comprando a librerías afectadas, donando mis beneficios literarios a protectoras de animales afectadas por la dana e incluso haciendo una rifa con mis compis de Escritoras en su tinta. Todo es poco para intentar que los afectados recuperen parte de la integridad que se les ha arrebatado, pero en casos como estos como no arrimemos el hombro no vamos a ningún lado. 

Esto, para mí, me ha supuesto un freno increíble a la hora de escribir. Que también es normal, supongo. Sin embargo, no es lo único que me ha hundido. Me he visto acosada por pensamientos que no creo que debería tener sobre mi propia persona, y mucho menos elaborarlos sin sentir absolutamente nada. Tengo la impresión de que mi salud mental siempre está pendiendo de un hilo y que, si algo lo sacude demasiado, me voy a caer por un desfiladero. Me agarro como puedo al hilo e intento volver a subirme, pero sigue siendo un puto hilo. Esto hace que no solo me cueste sentarme a escribir, sino que odie todo lo que hago porque nunca es lo suficiente perfecto

Durante casi todo el mes solo he revisado lo que ya tenía escrito del manuscrito de Quimera, a paso de tortuga, sin realmente cambiar gran cosa, simplemente haciendo una lista mental de todo lo que faltaba en cada escena, de todo lo que tendría que reescribir. Más tóxico, imposible, vaya. Y después de tener unas cuantas crisis existenciales, decidí parar. Al menos hasta que pudiera silenciar esas voces de mierda de mi cabeza. 

Y no puedo decir que lo haya conseguido todavía..., pero os voy a contar un secreto: no sé descansar. Ya, ya lo sé. Menudo sorpresón. Puto capitalismo.

Así que he vuelto a escribir. Un poquito. Porque, no voy a mentir, tengo MUCHAS ganas de escribir. Pero esa sensación de que lo estoy haciendo como el culo sigue ahí, así que me lo estoy intentando tomar con filosofía. He empezado un libro que tenía de hace mil años en el ebook, Refuse to be done, de Matt Bell y la verdad es que no me está contando nada "nuevo", pero la forma en la que habla sobre escribir me resulta de lo más instructiva ahora mismo. Me ha hecho darme cuenta de que parte de mi bloqueo y autoexigencia, de forma completamente inconsciente, viene de que cuando me siento a escribir estoy pensando en lxs lectorxs, no en que esa historia es mía. Cuando escribía y releía, solo veía y temía que, cuando lo leyerais, os decepcionara. Que me estuviera cargando la historia para vosotrxs. Pero esa clase de pensamientos no me ayudan. Soy una persona egoísta. Tengo que pensar en mí misma, en la historia que yo necesito que se cuente, en lo que a mí misma me está pasando y qué parte de ello quiero transmitir a la historia y qué no. 

Siento que Helhest fue un libro con el que he disfrutado muchísimo, tanto trabajando en él como reescribiendo y releyéndolo, y que el listón está demasiado alto para que lo alcance. Superada por la Inés del pasado..., eso sí que es triste. O lo sería, si realmente dejara que esa mocosa me superara. Cosa que no pretendo dejar que ocurra. 

De momento voy a intentar volver a escribir. Sin mirar atrás. Si hay que cambiar algo, ya lo haré más adelante, para hacer que todas las piezas encajen. De momento, con que me asegure de que tengo piezas suficientes para formar este libro es suficiente. Y ese es un pensamiento que hace un par de años tenía (en mi época de universitaria), pero que he perdido: a veces, muchas veces, con ser suficiente es suficiente

Ojalá el próximo mes pueda venir aquí como de normal, con mis progresos, aunque sean pocos, pero sobre todo con la emoción que siempre debería tener ante la escritura. Por lo pronto, este mes termino con el manuscrito tal que así: 


Ahora, para que se sepa a qué protectoras ha ido el dinero de mis libros este mes, os lo muestro aquí:




Que tengáis un feliz diciembre y nos vemos en la siguiente entrada. ¡Gracias por leer, siempre! 💓





Comentarios

Entradas populares