Empezamos 2025 escribiendo por los codos
Hemos sobrevivido a este primer mes de 2025, ¡felicidades! ¡Yay!
La verdad es que el tiempo es caprichoso en la mente; tan pronto parece que está volando como que está ralentizado en extremo, haciéndose tan largo... Últimamente, al menos en lo que llevamos de año, a mí se me está pasando lento. Lo cual lo prefiero, vaya. Odio sentir que el tiempo se me escapa entre los dedos. Sobre todo cuando hay tantas cosas por hacer, tantos libros por leer, tantas historias que contar... Y sobre esas historias, como siempre, vengo a hablaros en esta primera entrada del año.
Quimera va a toda popa
Este mes me siento muy orgullosa de decir que he seguido escribiendo en el proyecto Quimera (Ar Saoghal 3) con muchas ganas, con mucho cariño, y, sobre todo, negándome a preguntarme cuánto de lo que estoy escribiendo ahora sobrevivirá a cuando lo relea por primera vez. Es mi momento de exploración, no de perfeccionismo, ni de liarme la cabeza pensando en cómo hacer la escena que exactamente quiero hacer. No. Ahora mismo solo necesito escribir la base del libro. Esos huesos sobre los que se sustentará el resto. Y, amigxs, ahora mismo por fin puedo decir que ¡estoy más cerca del final que del principio!
La verdad es que me encuentro bastante a gusto escribiendo. No temo a la hoja en blanco, no estoy borrando ni retrocediendo -algo que, cuando escribía otros libros, siempre me acababa pasando una vez alcanzadas las 50 o 60 mil palabras-, y, aunque no tenga un guion claro, confío bastante en la propia historia. Diría que en este punto se escribe sola..., pero no voy a despreciar mi propio esfuerzo de forma tan fea. Siempre hay una pizca de miedo a quedarme bloqueada, a que lo esté escribiendo no me guste, a aburrirme..., pero como no me estoy marcando el ritmo de la historia y sé muchos elementos propios del mundo, puedo jugar con ellos según me plazca e integrarlos de forma órganica. O eso espero que sea el efecto, vaya. No obstante, si la estoy cagando, eso será problema de la Inés del futuro. Mis recuerdos a ella, y un besazo.
Poco más puedo decir, pues todo lo que está ocurriendo en la historia está bajo secreto de sumario, pero digamos que mis predicciones son que a finales de febrero/mediados de marzo tenga el manuscrito completo. No tengo prisa por llegar... y al mismo tiempo le tengo muchas ganas. Pero, mientras tanto, a disfrutar del proceso, que este libro solo lo voy a escribir una vez por primera vez.
Ahora bien, si el mes anterior terminé con 45.913 palabras en el manuscrito, agarraos, porque este enero ha terminado tal que así:
Ahora, dado que solo estoy dedicándome en cuerpo y alma a sacar este primer manuscrito adelante, no tendría mucho más que decir. La primera sorpresa literaria que quiero dar este año está en marcha, pero no puedo, ni quiero, dar ninguna fecha. La verdad es que la vida, cuando te la tomas con calma, sin fechas límite, es mucho mejor (cómo se nota que he sido universitaria).
Ah,y esta misma semana me compré un ordenador más potente que las patatas de portátiles que siempre he tenido. Mi excusa (real) es que, a la hora de maquetar con el Affinity Publisher 2.0 en mi portátil, el ordenador se iba a la p*ta y no me dejaba trabajar con él. Y, mira, me fastidia bastante haber comprado un programa para maquetar y no tener el soporte necesario para usarlo en condiciones. Así que, obviamente que ahora maquetaré muchísimo con ese nuevo ordenador y no me viciaré para nada a juegos que llevo machacando media vida, como el Imperivm o los Sims 2... Qué va. 😇 (Rezad por mí)
Este febrero mi objetivo es que a finales ya esté a punto de terminar el manuscrito, y poco más (como si fuera poco...). Lo que termine saliendo, ya os lo contaré en la próxima entrada.
Gracias por leer hasta aquí, siempre. ¡Que tengáis un buen febrero!
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