Noviembre de meterme en la piel del chico zorro

¡Buenas, lectorxs!

Este noviembre ha venido y llegado de una forma rápida y, sin embargo, lenta de narices; al menos para mí. Ha sido un mes de muchos altibajos, de hacer de enfermera, de estar enferma, y, sí, de escribir también. Me sigo aferrando a mi mentalidad de 'escribe feo, no pasa nada, no mires atrás, ya lo arreglarás' y me sigue funcionando bastante bien; aunque mentiría si dijera que me termino de sentir a gusto sabiendo que no he dejado atrás ni una versión bastante buena de esas escenas. Pero, poco a poco, voy avanzando.

 

Sorgina 

Mentiría si dijera que sé cuánto he escrito este mes. La verdad es que no tengo ni la más remota idea. Con el programa Scrivener, que es el que uso, voy escribiendo escenas cada una en su propia sección, con su propio contador, no con uno general (aunque podría mirarlo, pero ¿para qué?). Tampoco me importa, ya que ese contador no va a reflejar en absoluto la longitud que tendrá el manuscrito final. Ahora mismo estoy más centrada en terminar la primera parte (de 3) de la novela que en alcanzar X número de palabras (además de que tampoco me quiero forzar a escribir más o menos en base de algo tan insustancial como ese número; lo cual me pasó con Helhest, donde me forcé a acortar ciertas escenas/tiempos para que no me quedara una biblia bien guapa). 

Ahora bien, la escritura está siendo caótica. Aunque, claro, también lo fue la escritura de Noroi y Helhest.  El caso es que, al contar tres puntos de vista diferentes, cada uno con su tono, su propia experiencia y sus tramas, pues si me dedico a saltar de un punto de vista a otro continuamente, siento que justo cuando ya estaba empezando a ponerme cómoda en una piel, tengo que abandonarla durante quién sabe cuánto tiempo hasta que pueda volver con esa narrativa por un breve periodo de tiempo. He estado intentando hacerlo así, contando la historia de la forma que quiero (y que necesito) que aparezca reflejada en la versión final. Pero es que no puedo. No me funciona. Así que he vuelto a hacer lo que he hecho en anteriores manuscritos: centrarme en un punto de vista. Escribir todas las escenas de ese personaje en el primer arco y luego ir al siguiente, y luego a por el último. Y así, al fin, estoy avanzando con ganas y el paso (más o menos) firme.

Puede que esto parezca una clara prueba de favoritismo (o no), pero la primera narrativa en la que me he metido de cabeza ha sido la de Kayla. No me ha costado nada escribir su primer arco en Sorgina (spoiler//no spoiler (?)) una vez he podido dedicarme únicamente a ella. Después, he ido con Floyd (lo siento, Daisy, pero te me quedas para el final [como todo lo bueno]), y ahí sigo. 

Hay que entender que, en mi mente, Kayla tiene muchísimo peso narrativo y es a ella a la que primero veo cuando me pongo a pensar en la historia. Al fin y al cabo, cada título de los libros es una referencia directa a ella. Supongo que me siento más atraída hacia su historia, aunque las demás también me encanten. En toda historia alguien tiene que ser el líder... y en este caso, ella siempre lo ha sido, desde el principio (ya hacen 10 años desde que esta chica pelirroja y muy extraña apareció en mi mente). 

Floyd también es una delicia de escribir y, aunque al principio, tras haber terminado la parte de Kayla, no me sentía cómoda ante la idea de cambiar de punto de vista, solo hizo falta escribir una escena para que no solo me volviera a acomodar con él, sino que volviera a recordar lo mucho que me gusta escribir. Sin embargo, aunque solo me quedaba una escena por escribir de él en este primer arco, y pensé que podría hacerlo en noviembre... en fin, he estado muy ocupada. Intento no ser muy dura conmigo, porque solo he podido escribir muy pocos días este mes y he avanzado bastante. Además... bueno, podríamos decir que estado siendo un poco Floyd en la vida real.

Si lleváis por aquí un tiempo, ya sabéis que lo de rescatar animales de la calle es aquí algo bastante frecuente. De normal estoy rodeada de animales (son mi chute de serotonina diario) y me encuentro muy a gusto con ellos. Sin embargo, cuando tengo a un animal enfermo o malherido a mi cuidado y su bienestar y mejoría dependen directamente de mí, siento un tipo de conexión especial. Si el animal sufre, yo también sufro. Si mejora, yo también mejoro. De ahí que estos días, en los que estado cuidando del último rescatado, Leónidas (otro gatete naranjita), no haya podido escribir esas últimas escenas de Floyd que tenía pendientes..., pero he podido estar en su piel. No es sienta que yo tengo alguna habilidad especial, pero es en esos momentos en los que siento que puedo ser parte de algo más no muy diferente a cómo nuestro señor de las gallinas hace a diario.

 

Así que, definitivamente, mi misión este diciembre es terminar ese primer arco de Sorgina, tanto por parte de Floyd como luego con Daisy. Mi dilema está en que no sé si una vez terminado ese arco debería continuar o si ahí ya tengo permiso para volver atrás y reescribir lo escrito de forma chapucera. Tengo miedo de que, si me pongo a reescribir y editar, mi cerebro regrese a la forma en la que se siente más cómoda, donde solo la perfección está permitida, y luego, a la hora de ponerme a escribir el segundo arco, vuelva a bloquearme. 

Por un lado, quiero estar segura de que esta primera parte es sólida, que si sigo adelante con las tramas marcadas luego no tendré que borrar una parte importante de todo el manuscrito. Por otro..., quiero seguir escribiendo de una maldita vez y avanzar más allá del principio. 

No sé qué haré. De momento, me centraré en este primer arco y en disfrutar de él aunque no sea perfecto, aunque seguramente tenga que reescribirlo casi por completo. 

No pasa nada. 

Es parte de mi proceso. 

Y mientras siga adelante, eso significa que seguiré avanzando hacia la meta. 

 

Y esto sería un poco el resumen del mes aunque, de nuevo, tengo un regalito para vosotrxs, que estáis siempre por aquí. Sandra todavía no me ha terminado la cubierta de la reedición de Noroi, pero hace un par de meses contraté a otra ilustradora (@laranna_art) para que me ilustrara una escena en particular. Una escena de Sorgina. Lo hice para poder motivarme a escribir y os puedo asegurar de que su inspiración es increíble. La compartiré por redes este 25 de diciembre, como regalito de Santa, junto con la primera escena de Sorgina, en la cual está inspirada esta ilustración. Vosotrxs, por aguantarme, podéis disfrutarla antes: 

¿Verdad que es preciosa? SKAASDOFKjsjsdopkSAODKasjOPSDOPaskopKDOPkops. Me lo ha entregado hoy mismo y no puedo dejar de mirarla... Os puedo asegurar de que volveré a hacerle más encargos en el futuro, es una maravilla trabajar con esta chica ^.^

Y ahora, sí que sí, mil gracias por leerme, siempre. ¡Hasta el siguiente update!  

Comentarios

Entradas populares