Mayo de cerebros secos, pero inquietos
¡Buenos días, lectorxs! Hay una cosa sobre mi persona, mi ser, mi maldita mente trastornada, que me hace gracia/confunde. Y es que, cuando digo una cosa tajantemente, en plan "no, no pienso hacer eso", hay una voz en mi cabeza que responde: "uy que no...". Si tuviera que poner un ejemplo más lejano en el tiempo, siempre recordaré con cariño mis tiempos de universitaria. En una clase se nos iba a separar en grupos para que interpretaramos diferentes escenas de Un tranvía llamado deseo . Si alguien no lo sabe, las carreras de filología inglesa están LLENAS de mujeres. Apenas hay un puñado de hombres en cada generación y en esta obra (obviamente) hay personajes masculinos. Como por aquel entonces yo tenía el pelo bastante corto y (para qué engañarnos) tengo pinta de "marimacho", pues yo ya intuía lo que era obvio: que iba a tener que interpretar al temible Stanley. Le estuve dando vueltas en casa, segura, segura, segura de mi destino y mosqueada por ello. Por...